Gestores de la idea

CUANDO DOS LOCOS SE JUNTAN...

Hay locos lindos que son los soñadores. Sin soñadores no habría realidades, porque, si es cierto lo que dicen, «Las grandes obras las sueñan los genios locos, las ejecutan los luchadores natos, las disfrutan los felices cuerdos y las critican los inútiles crónicos.» (Proverbio ruso).

En el año 2000, cuando se daba el impulso que llevó a la concreción de la sala principal del Museo de la Revolución Industrial, todos eran sueños. Sentados en las escaleras vacías y ante lo difícil que es hacer una obra en el ámbito municipal, sin rubros, con demoras, con esperas, muchos días lo único que cabía era soñar. Varias de esas "veces" creíamos diluirse el montón de sueños en la verborragia política y en los esfuerzos que parecía que no llegaban a ningún lado, con rubros que se conseguían y pronto se desviaban para otros trabajos.

Pero en otros momentos, cada día más cerca de la realidad, se abrían posibilidades a los sueños y algunos de ellos, aunque lejanos, parecía que iban a saltar de esa instancia de "ideas" a la de cosas ciertas. Una de ellas, fue, justamente, la de cómo aprovechar una inmensa pared desafiante de diez metros de largo por casi cuatro metros y medio de altura. Lo desparejo de los ladrillos, dejando ver entre ellos las marcas de la argamasa de cal, arena y ladrillos molidos porque por entonces no existía el cemento pórtland, pedía a gritos cumplir una gran misión para los futuros visitantes del Museo de la Revolución Industrial.

Ricardo Ríos Cichero, amigo, yo le diría "colega" porque también usé el lápiz en la escuela, formaba parte de esas lucubraciones, de esos pensamientos y de esos sueños cuando pensábamos qué sería, en definitiva ese "Museo" que tantas cosas tenía para contar a la gente.

Mi idea era la de realizar allí una "historiografía", es decir contarle a la gente la historia de casi ciento treinta años jalonados por interesantísimas cosas que le fueron dando vida y valor a este lugar donde se juntaron tantas miles de vidas, tantos millones de sueños, tantos litros de lágrimas y tantos kilos de carne que, enlatada, se iba por el puerto a alimentar bocas europeas. Ricardo coincidía con la intención, pero criticaba, dentro de su imaginación creativa, la "formalidad técnica-expresiva", porque él, deformado naturalmente por su profesión de excelente dibujante y pintor, miraba esa pared blanca como si fuese un enorme lienzo que esperaba que le hicieran cosquillas los pinceles y lo acariciaran los óleos.

Desde que inauguramos la Sala en 2005 hasta el 2008, triunfó -aunque con vida predestinada-, mi idea... hasta que se dieron las condiciones de desarrollar la idea que hoy estamos llevando a cabo.

Recién comenzamos con la quijotada (en marzo de 2008) pero los ladrillos ya me dijeron que están santamente dispuestos a ser barnizados con colorinches que den vida a los "mascaritos del Chuli".

Quizá con unos poquitos años que Ricardo se alejó del Departamento y de su Fray Bentos tantas veces dibujado y pintado, le fue suficiente para ver más claro el panorama de la patria chica que queda detrás cuando uno se cambia de destino... convenciéndose que su destino está justamente, en la tierra que lo vio nacer. Allí ha sido, entonces, donde este fraybentino quiere dejar su impronta, su recuerdo personal y su homenaje, entre otros, a su padre que fue bombero en el frigorífico ANGLO.

Tanto y tan poco es lo que esperamos de esta obra.

Teniendo en cuenta el valioso apoyo del Intendente actual, Dr. Omar Lafluf, que comprendió la trascendencia cultural que significará esta obra terminada, de inmediato apoyó la misma y puso a disposición todo el andamiaje cultural y económico municipal para que en Marzo de 2008 comenzaran los trabajos. También agradecemos el aporte y siempre buena disposición para con nuestra idea de los Directores Sra. Beatriz Espina de Sobrino de Educación y Cultura y Sr. Marcelo Linale de Turismo.

Nosotros, desde el Museo, apoyándolo para que los sueños se conviertan en realidad y los mascaritos se escapen del carnaval de la vida y se peguen mágicamente a la pared, para desde allí contarle a la gente las cientos de anécdotas, las miles de circunstancias, las decenas de mentiras, el montón de verdades, la simplicidad de los sacrificios y la magia de una sociedad que se hizo trabajando de sol a sol...


René Boretto
(Director del Museo)


Este mural es un aporte a la cultura del
GOBIERNO DEPARTAMENTAL DE RIO NEGRO
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